El software se protege mediante registro de propiedad intelectual.

Concretamente, la normativa de propiedad intelectual protege el código fuente, el código binario, la arquitectura del código y toda la documentación asociada al programa de ordenador. Sin embargo, no protege las ideas, algoritmos o conceptos implementados en el programa.

La propiedad intelectual permite regular el uso, la copia, la modificación, la adaptación, la mejora, la integración, la divulgación, la distribución y la licencia de los programas de ordenador.

En el ámbito de la investigación es habitual reutilizar código de terceros como punto de partida de desarrollos propios. Es importante analizar en detalle las condiciones de licencia de ese software antes de empezar a trabajar con él, para garantizar que no contraviene los objetivos finales del programa que se tiene previsto desarrollar. Por ejemplo, el software puede tener una licencia académica de uso exclusivo para investigación, lo que impediría su posterior explotación por parte de una empresa. Algunas licencias open source requiere que se publique el código fuente de los nuevos desarrollos.

Por regla general, la licencia está disponible en el fichero “licence” o en las cabeceras del fichero de código fuente o del ejecutable. La unidad KMT puede analizar en detalle los términos de la licencia para averiguar qué usos se le puede dar al software que posteriormente se desarrolle en el centro.